sábado, 14 de marzo de 2015

5G

Ericsson está probando la velocidad de bajada de una red 5G con una descarga over-the-air, comprobando una velocidad de 5Gbps (cinco gigabits por segundo). Esto equivale a 5 mil megabits por segundo, 5 veces más rápido que el 1 Gbps que ofrece Google Fiber. 

Al respecto, IDC señala que si aún la norma del 5G no está definida, será muy importante para la industria. “Es importante que los proveedores de equipos de red empiecen a demostrar el potencial de 5G como medio para comenzar a crear la demanda en el ecosistema de comunicaciones”, dijo Sathya Atreyam, director de investigaciones sobre redes inalámbricas en IDC. 

El diario ABC platicó con Håkan Andersson, líder de estrategia de producto de 5G en Ericsson, sobre como esta red no está diseñada para conectar personas, sino para conectar todas las cosas, desde automóviles, maquinaria pesada o especializada, hasta las redes eléctricas. ¿Es necesaria tanta velocidad? “Yo creo que sí, que será muy importante dependiendo de cómo se utilice. Uno de los usos en el beneficio de todos será en el sector salud, por lo menos a nivel remoto. Por ejemplo, gracias a una red así de rápida se podrían conectar dispositivos médicos y obtener datos o análisis en tiempo real. 

Beneficiaría a comunidades remotas que quizás no se pueden permitir un hospital avanzado. Tampoco ataría la Sanidad a los hospitales, se podrá hacer todo más móvil”, asegura el experto. Los planes globales sobre 5G es que se empiece a implementar en 2020, y algunos países invierten más en desarrollo, todo el proceso será gradual. “El 5G será como un viaje, no como el Big Bang”, dice Andersson. La red 5G promete entrar en áreas en la que tecnología inalámbrica no ha podido llegar. 

Cada 10 años, aproximadamente, aparece una nueva red de comunicación para sistemas móviles. A inicios de los 80 se lanzó el 1G, el primer sistema de transferencia de datos móviles. Permitía una velocidad similar a la de una conexión a internet por módem (para bajar una canción se requería, en promedio, una media hora), mientas que la actual red, la 4G o LTE, lanzada en Chile en 2013, permite acceder a servicios vía streaming en HD, bajar archivos en segundos y navegar a una velocidad similar a la del Wi-Fi hogareño. 

Pero como es costumbre en esta industria, mientras los usuarios se adaptan a la llegada de este nuevo protocolo, esta ya trabaja en la próxima versión. Es por eso que, durante la inauguración de la última edición de la feria de tecnología CeBit, que se desarrolla en Hannover, Alemania, el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, junto a la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaron un plan conjunto para el desarrollo de la tecnología 5G, la quinta generación de conectividad digital, que promete no sólo altas velocidades, sino que ser el motor de toda una nueva generación de dispositivos conectados a internet. 

Cameron dijo que se destinarán 90 millones de euros a esta tarea, encargada a la U. de Dresden (Alemania), la U. de Surrey y el King’s College de Londres, ambos de Gran Bretaña, y que el protocolo podría estar listo en 2020. PELICULAS EN UN SEGUNDO La primera pregunta cuando llega una nueva red móvil es qué tan rápido puede ir. Se espera que el 5G llegue a un límite potencial de 100 Gbps y un mínimo real de uso en movimiento de 10 Gbps, mil veces más rápido que el potencial que puede actualmente dar una red 4G.  

En un ejemplo citado por Cameron, si hoy un archivo de 800 megabytes -como una película en resolución estándar- se descarga en 40 segundos, el mismo archivo descargado con 5G tardaría un segundo. Otro factor importante es la latencia, es decir, la velocidad con la que un celular se comunica con la red para iniciar la descarga, la que, según compañías como Huawei, que actualmente trabaja en el sistema, será de un milisegundo, permitiendo que un video comience a cargar apenas se toque la pantalla. Werner Creixell, profesor de la carrera de Ingeniería Civil Telemática de la Universidad Técnica Federico Santa María, señala que lo que viene ahora es una pugna entre diferentes consorcios de marcas, apoyados por instituciones académicas, para definir quién desarrollará finalmente el estándar y cómo será ejecutado. “Es una gran oportunidad para las compañías de crear tecnologías que hagan uso de sus patentes y así recuperar sus inversiones. 

Es por eso que las definiciones de este tipo de estándar suelen tomar mucho tiempo”, dice. Si bien el estándar está en pañales, Creixell asegura que uno de los principales desafíos de la nueva generación móvil será ver cómo la señal llegará finalmente a los teléfonos. “Probablemente, en lugar de tener una sola antena, tendremos que usar microceldas que se colocarán en quioscos, postes o, incluso, en edificios para expandir la señal”, un método que funciona muy bien en lugares con alta densidad de población, pero que necesitará otras soluciones para llegar a lugares alejados o para personas en movimiento.

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